Digestibilidad
Un buen criterio para evaluar la calidad de un alimento balanceado
En la industria de los alimentos balanceados para mascotas existe una gran diversidad de marcas que aportan la cantidad suficiente de cada uno de los nutrientes esenciales para cumplir con la calificación de alimento “completo y balanceado”. Pero, no todos ellos cuentan en sus fórmulas con ingredientes de la misma calidad o valor nutricional para cubrir adecuadamente los requerimientos de perros y gatos.
En este sentido, el criterio técnico de evaluar el grado de digestibilidad de un alimento resulta una herramienta analítica útil para ponderar objetiva y cualitativamente un balanceado. Y también para comparar la calidad nutricional entre distintas marcas comerciales.
En términos sencillos se puede definir a la digestibilidad de un alimento como el porcentaje que es absorbido y aprovechado por el organismo del total que ingresa al aparato digestivo de un animal en un cierto periodo. Convencionalmente se determina restándole a la cantidad total consumida de un determinado nutriente, la cantidad del mismo excretada con las heces.
Esta forma de calcular la digestibilidad de un alimento completo, aunque simplista, también es válida para establecer la asimilación de alguno de sus nutrientes en particular, como por ejemplo las proteínas.
Indicador de calidad
Si bien la digestibilidad de un balanceado no es el único parámetro para establecer su valor nutricional es un buen indicador de calidad. Teniendo en cuenta que mide el grado de aprovechamiento de los nutrientes, su valor influye tanto sobre la calidad de la materia fecal del perro o gato como sobre su salud y bienestar.
Cuando una mascota consume un balanceado de baja calidad, y baja digestibilidad proteica, el animal lo manifiesta presentando un pobre score fecal (heces voluminosas y húmedas que no conforman adecuadamente), mal olor en sus deposiciones y a veces flatulencia.
Pero el mayor impacto resulta a mediano plazo sobre la salud y bienestar de perros y gatos. Si el grado de aprovechamiento o asimilación de los nutrientes contenidos en un balanceado es bajo, se ve afectado el organismo de la mascota que come ese alimento ya que no cubre adecuadamente sus requerimientos nutricionales al no poder asimilar bien lo consumido.
A partir del valor de digestibilidad que tenga un alimento balanceado seco se puede establecer a qué segmento de calidad pertenece ese producto. Así, un balanceado que tenga un valor de 75 % o menos de digestibilidad, se considera como de baja calidad. Aquel cuyo valor se encuentra entre 75 y 82 % ocupa el segmento estándar o de moderada calidad, mientras que los balanceados con más de 82 % de digestibilidad integran el grupo de los de alta calidad: premium y super premium.
In vivo e in vitro
La determinación de la digestibilidad de un balanceado puede hacerse a través de dos tipos de ensayos: in vivo e in vitro. En el primer caso se realiza sobre un número determinado de perros o gatos tomando en cuenta la cantidad de balanceado, o proteína, ingerida y excretada por cada animal en un determinado periodo. Existen protocolos estandarizados, como los de la Association of American Feed Control Officials (AAFCO) que indican cómo realizar este tipo de ensayo.
Al considerar el coeficiente de digestibilidad como la diferencia entre los nutrientes ingeridos y excretados, hay que tener presente que no todo el material que compone las heces es realmente alimento no digerido. Una parte está formado por enzimas, sustancias secretadas al intestino y células de descamación epitelial. Por esta razón, los valores obtenidos a través de este tipo de ensayos permiten conocer la digestibilidad aparente del alimento. Esta difiere de la digestibilidad verdadera, en que la última considera las pérdidas de nutrientes endógenos del animal.
Por su parte la determinación in vitro se realiza por medio de análisis de laboratorio donde se digiere a las proteínas del balanceado usando pepsina, una enzima que se segrega en el estómago de los mamíferos superiores.
En general el valor de la digestibilidad proteica in vitro es mayor que el resultado obtenido en el análisis del mismo nutriente a través de un ensayo in vivo.
Digestibilidad proteica
La digestibilidad de la principal fuente de proteína animal de un balanceado es otro buen indicador de calidad nutricional de un alimento. Existen diferencias en este valor según la especie animal proveedora considerada. De acuerdo con los resultados de una investigación publicada en 2016 por científicos dinamarqueses de la Universidad de Copenhague, la harina de cordero presenta un valor de digestibilidad proteica significativamente menor a la de las harinas de pollo y de pescado y, además, es deficiente en el aporte del aminoácido esencial metionina. Los investigadores nórdicos alimentaron a 3 grupos de perros con balanceados extrusados cuyas principales fuentes de proteína animal eran aportadas en cada caso por harinas cordero, pollo y pescado. Luego de determinar la digestibilidad in vivo obtuvieron que la harina de cordero presentaba un valor de asimilación del 71,5 %, la harina de pollo de 80,2 % y la harina de pescado de 87 %.
Estos resultados llevan a reconsiderar el concepto, bastante extendido actualmente en la industria del pet food, que afirma que la harina de cordero es una fuente de proteína de alta calidad.
Carne fresca vs harina
En otro estudio, el mismo equipo de investigadores de Dinamarca evaluó la digestibilidad in vivo de dos alimentos balanceados secos cuyas fuentes proteicas eran, en cada caso, carne fresca de pollo y harina de pollo. Como era de suponer, previo al proceso de extrusión, la digestibilidad de la carne fresca arrojó un resultado significativamente mayor que la de la harina: 88,2% contra 80,9%, respectivamente.
No obstante, cuando se midió la digestibilidad de ambos alimentos luego de la extrusión los resultados fueron casi similares: 81,3% para la carne fresca de pollo contra 80,3% de la harina. Los científicos especulan que, probablemente, las proteínas de la carne fresca de pollo sean más susceptibles al deterioro por la exposición al calor durante la extrusión respecto a las proteínas ya procesadas aportadas en forma de harina de pollo.
De acuerdo con los resultados de esta investigación, la digestibilidad de un alimento balanceado que contiene en su fórmula carne fresca de pollo no mejora la asimilación proteica ni la disponibilidad de los aminoácidos, respecto de otro que aporte harina de pollo. Este resultado pone en tela de juicio otra afirmación bastante extendida en la actualidad en la industria del pet food respecto de la valoración de calidad de ambas fuentes proteicas.
Factores que la afectan
La digestibilidad de un alimento balanceado está influenciada por distintos factores: aquellos propios de la composición del alimento, o de la calidad de sus materias primas, y otros relacionados con variables ajenas al producto como: la especie animal y edad de la mascota que lo consume, el proceso industrial de elaboración, entre otros.
En el caso específico de la digestibilidad de las proteínas de un balanceado para mascotas hay que tener en cuenta que las fuentes de origen animal presentan, en general, una mejor asimilación que las vegetales. Pero, además, que existen diferencias significativas en cuanto a su digestibilidad entre las distintas proteínas de origen animal utilizadas en la formulación de balanceados para mascotas.
En los gatos, la digestión de proteínas suele ser muy eficaz y la digestibilidad aparente de las proteínas es similar a la de los perros. La capacidad digestiva del gato joven es menor que la del animal adulto, ya sea por inmadurez fisiológica del tubo digestivo, o por la modulación enzimática inducida por la alimentación.
En los perros no se observa una diferencia significativa de la digestibilidad de una misma dieta administrada a ejemplares de distintas razas/tamaños corporales más allá de la tendencia, ya conocida en los perros de mayor porte físico, de presentar heces más húmedas respecto a los ejemplares de tamaño más pequeño.
La forma en que se desarrollan algunos de los pasos industriales de elaboración de un balanceado seco también condiciona la digestibilidad final del alimento, independientemente de la calidad de su fórmula. Tanto una buena molienda como un correcto manejo del preacondicionador y del extruder son condiciones fundamentales para una correcta cocción de los ingredientes de la mezcla y para lograr una buena expansión de las croquetas, atributos necesarios para obtener un producto con buena digestibilidad.